La ansiedad y la depresión suelen ser los trastornos mentales más comunes entre los diagnosticados en nuestro país, y también, cabe señalarlo, a nivel mundial.
La salud mental es sin lugar a duda uno de las bases más importantes para el bienestar integral de una persona, ya que de ella depende el manejo de las emociones, y todos los seres humanos tenemos emociones. Lamentablemente, a pesar de la importancia que tiene, la salud mental no ha sido tomada con la urgencia debida.
De acuerdo a un estudio epidemiológico realizado por el Instituto Especializado de Salud Mental Honorio Delgado Hideyo Noguchi, la prevalencia de depresión en Lima Metropolitana es de 18,2%, en la sierra peruana es de 16,2% y en la Selva es de 21,4%.
La información del Ministerio de Salud es alarmante, en el año 2022 se atendieron 439,053 mil casos de ansiedad y 272,432 mil casos de depresión; ahora, si consideramos que existen muchísimas personas que si presentan síntomas pero no han sido diagnosticadas por falta de atención médica/prejuicios/falta de conocimiento, entonces la situación es peor de lo que parece.
No se puede dejar de mencionar que no solo se diagnostica depresión y/o ansiedad, hay múltiples trastornos mentales diagnosticados a diario en niños y adultos (farmacodependencia, psicosis, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastornos de conducta, entre muchos otros”.
Una persona que presenta un trastorno mental se verá afectada en todos los niveles y áreas de su vida, y les produce un gran sufrimiento, el cual puede durar por años si no recibe apoyo necesario, es decir terapia. Y cabe señalar que cuando en casa hay una persona con un trastorno mental, aunque no sea su intención, afectara a toda la familia.
El Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, menciona que los trastornos mentales y del comportamiento son la quinta causa de la pérdida de años de vida saludables en el ser humano.