Porque son importantes las terapias de grupo

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Porque son importantes las terapias de grupo

Es un tipo de tratamiento psicológico en el que un terapeuta reúne en una misma sesión a un grupo de personas (no más de 10) con dificultades emocionales similares, para lograr que expresen sus preocupaciones y se apoyen entre todos, siempre con su moderación profesional.

Se centra en las interacciones y los vínculos e interacciones que surgen de los miembros en el grupo, lo que se desea es brindar herramientas a los integrantes para encontrar soluciones a sus problemas psicológicos y emocionales.

¿En qué casos se recomienda?

La terapia de grupo funciona en el tratamiento de problemas tales como la ansiedad, depresión, los problemas sociales, los trastornos de personalidad, traumas, en casos de adicciones, fobias, trastornos de conducta alimentaria, enfermedades crónicas.

¿Cuáles son los objetivos que se buscan?

El objetivo es que las personas potencien entre sí el cambio de conductas y hábitos deseados para resolver determinado conflicto o trauma.

También se recomienda para romper el aislamiento al que la persona recurre cuando presenta malestar emocional y psicológico.

Cuando los cambios se producen en grupo, en la mayoría de los casos son modificaciones más estables que perduran en el tiempo.

¿En qué consiste la terapia de grupo?

El terapeuta reúne entre cinco y diez personas para formar un grupo para conversar de forma honesta y espontánea, el terapeuta interviene como un guía y moderador.

Gracias a la interacción del grupo, se consigue la modificación de conductas de los pacientes, una mejoría en sus relaciones interpersonales, las personas se van animando a expresar sus emociones, aprenderán a empatizar con los demás.

Se realizan dinámicas específicas con el fin de que las personas se sientan cómodas para expresar sus emociones.

Resultados esperados

Las terapias grupales requieren la adaptación entre todos sus integrantes, esto toma alrededor de unas 5 a 6 semanas, pasado ese periodo inicial, se debería comenzar a sentir los cambios.

Cuando ya se evidencian los cambios, se pasa al siguiente nivel, que es donde los integrantes hacen un balance y pueden reconocer los cambios que los ayudarían en su vida diaria.

En este momento de la terapia, los integrantes pueden sentir miedo de hacer estos cambios, ya que en la realidad no tendrían el apoyo del grupo, o en todo caso no lo sentirían.  Es por esta razón que en muchas ocasiones se necesita que el terapeuta haga un seguimiento continuo.

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