Los cursos de verano son una buena oportunidad, en caso no tengas tiempo libre durante el resto del año, para mejorar ciertas competencias, ampliar conocimientos en un campo específico y descubrir nuevas áreas de interés personal. Sin embargo, no siempre el tener más cursos o talleres durante las vacaciones de verano significa que el niño desarrollará más habilidades. Es importante que las vacaciones continúen siendo un tiempo de descanso que les permita refrescar la mente. Por ello, la elección de actividades de verano debería ser una decisión compartida.
Hay que tomar en cuenta que las actividades de verano están relacionadas con los intereses del niño y no solo con objetivos prácticos, por lo que podrías darle orientación más no forzarlo en la elección. Sobrecargarlo en verano, puede generar que simule molestias o estar enfermo para no ir, por lo que es recomendable que los talleres de verano no sean más de dos.
Es fundamental, escucharlos y hacerlos partícipes de la decisión. Tenemos que tomar en cuenta que los niños, desde muy pequeños, perciben si su opinión es importante o no, principalmente para sus padres. Por eso debemos reforzar su autoconfianza a través de la comunicación continua y fluida, el respeto y la tolerancia.
Lo ideal es que realice algún deporte de forma continua, o inscribirlo en un taller que lo ayude a desarrollar habilidades creativas o sociales. Sin embargo, tenemos que tomar en cuenta que si sacó bajas notas podría necesitar reforzamiento en algún curso, y aunque esto no lo haga feliz, será necesario explicarle que lo tiene que hacer por su propio bien y podría compensarse con una actividad que sea más de su preferencia.